Una tarde de estas cuando la lluvia cae de pronto sin decir agua vá, me encontraba cerrando el consultorio, la primera gota cayó detrás de mi hombro mojando la gabardina café claro que suelo usar para estos días, y ya esa pequeña gota era premonición de que algo grande venía detrás de ella, me apresuré para cerrar la puerta y entonces me la lluvia me acorraló...
Caminé apresuradamente por que la lluvia me llevaba la delantera y estaba a solo media cuadra de alcanzar mi paso, es uno de esos raros momentos en los uno puede decidir si mojarse o estar seco, la lluvia parecía como una potente cortina de lluvia que avanzaba con rapidez, rompiendo la división con lo seco; decidí pues romper con mi calma y empecé a correr ya había cruzado 5 calles y mas abajo se encuentra el Sharkyís life coffee, nunca me he sentido atraído por las diversiones y atracciones que presentan ahí, con sus martes para mujeres o sus viernes de "Hoy Cuba es Libre" y como olvidar sin menospreciar de mi lista el tan mentado miércoles de "Tangas Mixtas".
Un paciente mío se dijo muy atraído por tales entretenimientos, se encontraba triste aquella vez por que el dueño del local había muerto hacía poco y habían bastantes cambios desde entonces en la programación de los eventos del lugar, mi paciente me dijo que ya no era lo mismo desde entonces y que había tenido que mudarse a otro tugurio que quedaba justo enfrente, claro, por ser clandestino había tenido que ser disfrazado de lavandería.
Pero ahora nada de eso tenía importancia parecía que mientras más corría mas se apresuraba la lluvia para llegar llegué al frente del Sharky´s y escuche una música que llegó con gusto a mis oídos , nada que ver con aquella música basura de los otros días, - ¡Esta música venía de adentro!, me dije para mi. Era una música que cautivaba y mi sorpresa fué tal que la lluvia me alcanzó y yo no hice el mayor esfuerzo por ponerme bajo algún techo…
Por fin mi intriga llegó a su fin, se trataba de un guitarrista que tocaba solitario en el fondo del local, las mesas eran redondas con una vela en el centro y aunque había poca gente se podía escuchar el instrumento acústico con gran definición, me senté al fondo ya que no quería perderme ni una mas de las notas que resonaban el las paredes como si fueran campanas de un carillón, corrí a dos meseros y hasta que terminó la pieza ordené un coñac para desentumir mis articulaciones.
Mas adelante el mesero me contó que el músico iba todos los jueves desde que aquel hombre le pidió al dueño tocar por nada a cambio, pero cuando lo escucharon quedaron encantados con el y le ofrecieron contrato para hacerlo todas las noches del jueves por un año, - Es temprano todavía y puede cambiarse a la mesa que guste él apenas está afinando. – Me contesto el mesero, que no se había enojado por mis descortesías, -Le pasa muy a menudo a la gente Dr.
Así que decidí cambiarme a una de las mesas del centro para poder oir mejor y ordené algo sencillo en el menú para poder comer a gusto mientras cenaba ya en la presentación nocturna…
Fúe tan grata la cena que decidí comprar el DVD que sacaron de varias de sus primeras presentaciones y he aquí uno de los capítulos del disco: