El Doctor Fell en el fin del mundo

Un dia cuasi cualquiera y ni se como llegué ahí, me encontré con un mar de gente y no es algo raro para mi, todo se le puede achacar a que quizás estaba en medio de una lata de sardinas, pero para lo curioso del caso, no habían sardinas ahí adentro, algunas jaibas, sargasos hechando cotorreo e incluso un grupo de chicas percebes que cuando las veia uno escondian la cabeza, enfin de todo pero no sardinas, esas tipas, nos dijo el operador de la lata de sardina de las 12:00; se habian ido a protestar por los espacios incomodos y ese día no se habían presentado a trabajar.

Bueno al caso de que las sardinas se quejaban amargamente conmigo desde hacia semanas e incluso llegué a tratar en mi divan a algunas de ellas por que aspiraban a ser modelos de pasarelas en el "Sharky's life coffe" e incluso alguna de mis pacientes que aspiraba a casarse con un charal de rio, ¡gran ignominio para su familia!.

Aquel dia cuasi cualquiera un cazón se atravezó bruscamente en mi camino y ya no pude abordar el tren de las 10:00; para mi suerte todos los que hiban en el tren fueron devorados mas tarde al salir del tunel, al leviatán se le ocurrió esa mañana, salir temprano a desayunar...

En fin como me quedé sin tren y sin dinero las tripas ya pedian su alimento, ultimamente cómo ya se han vuelto mas jocosas, tambien se han vuelto mas tolerantes con mis inumerables tardanzas que siempre terminan por aquejarlas.

Me fui pues a cambiar mi boleto de viaje por dinero pero al llegar a la taquilla se extendia entre nosostros dos, un profundo abismo con un letrero allá lontano que decía: "Aqui termina el mundo"



Y yo me digo "Vaya escusa para no soltar un duro"